Mural

Reseña Histórica Tipos de Murales


La pintura mural, por definición, es aquella obra de arte que forma parte inseparable de los espacios arquitectónicos. Se encuentra profundamente vinculada a los muros de la arquitectura sobre los que se asienta.
Por sus dimensiones y su ubicación en el espacio arquitectónico, el arte mural es también un medio de transmisión sociocultural, que necesita para mostrarse, insertarse en un ámbito de exposición pública.
El comienzo de la pintura mural fue la iconografía de las pinturas rupestres, luego el arte mural surgió en las ciudades antiguas, en sus plazas, templos, viviendas y tumbas; ilustrando escenas de la vida cotidiana y del universo religioso. Las escenas de los libros sagrados, tuvieron también la misión de transmitir la historia y la fe de las religiones organizadas.
La pintura mural es una forma de arte muy antigua. Se encuentra en las paredes de las cuevas prehistóricas, como en las de Altamira, en España, y las de Lascaux, al suroeste de Francia, y constituye un aspecto importante del arte paleolítico. En el Lejano Oriente, la pintura mural se inició en China hacia el año 1700 a.C., de allí se extendió a Corea y Japón. Las paredes de las cuevas de Ajanta, en India, muestran una notable serie de pinturas sobre temas budistas, realizadas al temple (entre el 200 a.C. y el 650 de nuestra era).
La pintura mural era una modalidad artística muy desarrollada en el antiguo Egipto; las paredes y techos de las cámaras mortuorias estaban decoradas al temple con figuras y motivos que simbolizaban la vida en el más allá. El palacio de Cnosos, en Creta, lucía pinturas al fresco, de brillante colorido, que representaban flores, animales y figuras humanas; en la antigua Grecia se acostumbraba a decorar tanto los edificios públicos como las viviendas particulares con pinturas al temple y encáustica y la tradición continuó en la época helenística y romana. Destacan especialmente las pinturas ilusionistas de paisajes, naturalezas muertas, y figuras humanas, halladas en las paredes de Pompeya y Herculano. En las culturas prehispánicas mesoamericanas se realizaron extraordinarias pinturas murales como las de Cacaxtla en Tlaxcala y las mayas de Bonampak (en México), que conmemoran pasajes bélicos, junto a sus protagonistas, exquisitamente ataviados.
Al principio de los periodos cristiano y bizantino se pintaban al temple y al fresco los interiores de las basílicas; hacia el siglo IV, estas técnicas fueron sustituidas por los mosaicos, si bien, a principios del siglo XIV, la pintura mural fue recuperada en las iglesias del sur de Europa. En el norte, quedó desbancada por las vidrieras de los templos góticos y por los tapices que cubrían los muros de los castillos.
Desde el siglo XVII al XIX, pintores como el maestro flamenco del barroco Petrus Paulus Rubens, el pintor italiano del rococó Giovanni Battista Tiepolo, y el artista español Francisco de Goya, realizaron murales destinados principalmente a edificios civiles y, con la notable excepción de la obra de Tiepolo en Alemania y la de los frescos de Goya en la ermita de San Antonio de la Florida en Madrid, se trataba generalmente de óleos sobre lienzo, que después se fijaban sobre los muros o sobre los techos.
A fines del siglo XIX, los murales se observan tanto en interiores, como en las fachadas de edificios de estilo art nouveau, también conocido en algunos países europeos como Jugendstil, Modern Style, Liberty, Floreal.
El aporte del art nouveau al paisaje de la ciudad, conserva su notable calidad plástica. En estos edificios, las fachadas y muros interiores presentan ornamentaciones con relieves escultóricos, y/o también, hermosas combinaciones de azulejos, cerámicos, mayólicas y vidrios pintados.
Hacia 1930, el art nouveau deja lugar a otras expresiones vanguardistas, en las que la arquitectura de la Bauhaus y los aportes racionalistas comienzan a arribar.
En la era moderna, el mural se ha identificado con las luchas revolucionarias y de búsqueda de cambios sociales entre oprimidos y opresores.
La década del 30, marca la irrupción del movimiento muralista mexicano, desde las enseñanzas y postulados de David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco. Siqueiros ansiaba trasladar la experiencia mexicana a otros países sudamericanos, con pinturas que exaltaran las luchas sociales.
La más importante obra de arte del siglo XX, el "Guernica" del artista Pablo Picasso, es el máximo exponente del arte mural como protesta ante la guerra civil española.
El lenguaje del arte mural, variado en la actualidad en cuanto a temáticas y también calidades, incorpora imágenes urbanas reconocidas desde nuestra cultura ciudadana. Aparecen abstracciones, graffitis, caricaturas, personajes del cómic y la historieta y signos representativos de distintos grupos muralistas.
Si bien ha ido adquiriendo mayor presencia urbana, su permanencia como obra de arte y expresión colectiva de la época, se relaciona también con el espacio urbano y arquitectónico que lo contiene.

Arte mural

Tiene como soporte el muro, unido indisolublemente a éste. El arte mural está estrechamente relacionado con la arquitectura, dependiendo de ella, no sólo en su conservación, sino también en su consideración visual.
Pintura mural Tradicionalmente, la técnica original de pintura mural renacentista ha sido el fresco y sus variantes al medio fresco o en seco. La aplicación de pinturas al óleo y posteriormente las sintéticas, son técnicas características de los murales actuales, combinados con otros materiales y bases diversas con que se trata previamente el muro. Dentro de esta clasificación podemos mencionar aquellas obras de grandes dimensiomes realizadas sobre tela, lienzo, soportes metálicos u otro tipo de soporte rígido (plástico, de madera, etc); que luego son fijadas al muro.
Relieve escultórico Sobre la base del muro, la obra escultórica se trabaja directamente sobre él. Puede tratarse de un sobrerrelieve o de un bajorrelieve, dependiendo de su espesor en relación con el fondo. Pueden realizándose en materiales como cemento, piedra reconstituída, mármoles, resinas sintéticas, madera, etc. La luz tiene un papel de especial significado, ya que permite detacar el relieve y vislumbrar las figuras modeladas.
Mural cerámico La obra pictórica está realizada sobre una base cerámica. Los murales de mosaicos, en sus vertientes venecianos, bizantinos y/o romanos, son horneados para fijar los colores y/o los esmaltes y luego adheridos al muro por medio de un mortero o mezcla adhesiva. El famoso "trencadis" de azulejos partidos del modernismo catalán, admirablemente diseñado por Antonio Gaudí en Cataluña, es un maravilloso ejemplo de mural cerámico.
Teselas Aplicados tanto en pisos, como en muros, los mosaicos de distintos tamaños, se componen de materiales que no son cerámicos. Pueden ser granitos, mármoles, arcillas y también vidrios.
Mural Esgrafiado Visualmente podría considerarse un relieve escultórico. Sin embargo, su técnica particular combina la pintura mural con el trabajo escultórico. Los colores se aplican sobre diferentes capas de cemento, retirándose el material excedente de acuerdo al boceto deseado y a los colores que van descubriéndose en capas sucesivas.
Vitraux La composición tradicional se realizaba con vidrios de colores engarzados en plomo. Utilizado históricamente en edificios religiosos, el paso de la luz a través de los vitrales, no sólo enfatizaba el carácter del templo, sino que también las imágenes elegidas, eran referentes histórico religiosos de las ciudades que representaban. Actualmente, los vidrios pueden fijarse por medio de nervios de cemento, al modo de muros de ladrillos de vidrio. La unión de las piezas vidriadas, mediante resinas sintéticas, fue una de las innovaciones técnicas realizada por el artista Luis Seoane.
 
Cómo pintar un mural en el instituto

Miguel Antonio Fernández Fernández
En este artículo se explica paso a paso cómo se diseña y crea un mural pintado en la pared de un centro educativo. El objetivo fundamental es que lo ejecuten los alumnos dirigidos por sus profesores. A lo largo de los años, con la experiencia de 21 murales realizados en nuestro instituto, pretendemos simplificar el trabajo, a nivel de procedimientos y materiales, a aquellos que deseen repetir la experiencia en su centro. El artículo se ilustra con fotos del proceso que se ha llevado a cabo en el último mural que hemos pintado.
1. Buscar una pared de fácil acceso para los alumnos, de forma que se llegue a la parte superior subido a una mesa o escalera. La pared no debe tener humedades, pues en poco tiempo vuelven a aparecer. Son más adecuadas las paredes con superficie lisa. Las que tienen gotelé quedan peor.
Si no hay más remedio, se pinta sobre él. Si se desea alisar el gotelé, aplicar una capa de yeso de pintor (para emplaste) con espátulas anchas adecuadas para dicho fin. Cuando está seca se lija.
Los murales realizados en espacios interiores duran más que los realizados en el exterior. Si va a pintarse en un lugar exterior se debe procurar que esté resguardado de la lluvia y de la luz directa del sol.
La pared se encuentra cuadriculada con hilo tirante pigmentado y el texto se ha dibujado, primero con tiza de color y después repasándolo con témpera negra a pincel.
2. Tomar las medidas de la pared.
3. Realizar un boceto totalmente acabado en un cartón de proyecto con las mismas proporciones que la pared, pero reducido a escala. El boceto se hace a color. Sería conveniente que los colores que se empleen, sean los mismos que el del mural: un amarillo de témpera no es igual que un amarillo de acrílico de pintura industrial. Por tanto, si el mural va en acrílico, hacer el boceto con los mismos acrílicos. El boceto y el mural deben quedar idénticos, sin variación. El boceto puede ser de propia creación o la copia de un cuadro famoso o de una ilustración. En estos últimos casos se hace una copia en color ampliada del libro donde aparece el cuadro o ilustración.
4. Forrar el boceto con un plástico para que no se ensucie. Encima del plástico se trazan con rotulador permanente de punta fina las cuadrículas. Es conveniente que el cuadriculado se haga en número par. Por ejemplo, si las medidas del boceto son 30 x 15 centímetros. Se puede dividir en 20 cuadrículas (cada una de 1,5 centímetros) por 10 cuadrículas (también de 1,5). La cuadrícula no tienen por que ser siempre formando cuadrados, pueden ser rectángulos.
5. Los bordes de la pared se protegerán con cinta de carrocero y periódicos para no manchar las paredes contiguas, el techo o los zócalos. La pared se imprimará con selladora de látex. Se diluye una parte de látex en dos partes de agua y se aplican con un rodillo de pintor dos manos, esperando que seque la anterior. Si la pared ya tiene un mural pintado en perfecto estado (sin la pintura desprendida), se aplica una mano de acrílico blanco para borrarlo, ya que el mural de debajo molesta y puede confundir. Si la pintura estuviera desconchada hay que rasparla con espátula y después aplicar el acrílico blanco.
6. Se cuadricula la pared. Primero se marcan las medidas y después se trazan las líneas. Para el trazado de las líneas se puede emplear un listón de madera a modo de regla (normalmente tienen 2,40 metros) y se dibuja con lápiz o se utiliza un hilo tirante de albañil impregnado en pigmento.
En las tiendas de pintura se vende un aparato idóneo para este fin. El hilo se tensa y tirando por el centro, como una cuerda de guitarra, se marca la línea en la pared. Cuando están todas las líneas trazadas se limpia el pigmento sobrante de la pared con un plumero sin que se lleguen a perder las líneas.
7. A continuación, se copia el dibujo en la pared sirviéndose de las cuadrículas. Se puede emplear carboncillo, tiza de color. Una vez dibujado, las líneas conviene repasarlas a pincel con pintura acrílica un poco diluida. En algunos casos se puede pintar directamente con pintura diluida, dependiendo de la seguridad del alumno al dibujar.
8. Si se desea, se intenta borrar las cuadrículas con un plumero, para evitar que la pintura se mezcle con el polvillo de la cuadrícula y se enturbie el color. Las cuadrículas hechas a lápiz no es necesario borrarlas.
Se ha aplicado una segunda capa de fondo. Los alumnos tienen fácil acceso a todas las partes del mural simplemente subidos a una silla o escalera.
9. Actualmente la pintura más adecuada para pintar un mural es el esmalte acrílico. Existen dos variedades que pueden confundir: la pintura plástica y la acrílica. La pintura plástica es inferior a la acrílica. Lo más sencillo es comprar latas de colores ya hechos y no adquirir un bote blanco para colorearlo con tintes. En estos últimos casos las pinturas son débiles y poco saturadas.
Conviene que toda la pintura que se use en el mural sea de la misma marca, ya que el acabado de varias marcas es diferente: unas son muy brillantes, otras sedosas, mates. Las ventajas de las pinturas acrílicas son que se diluye con agua, se seca con rapidez, no huele y no resulta tóxica para los alumnos. En algunos casos y para ciertos efectos se puede emplear pintura en aerosol, pero hay que tener en cuenta que se ha de usar en exterior y con protección (guantes de látex y mascarilla). Otra posibilidad es emplear el aerógrafo con pintura acrílica industrial. El aerógrafo tiene que ser el adecuado para dicho fin y se compra en tiendas de pintura industrial o para coches.
10. Al aplicar la pintura hay que tener en cuenta que cada color puede requerir una o varias capas para cubrir adecuadamente la pared. Hasta que se pruebe el color en el mural no sabremos las capas que necesitará. Las mezclas de varios colores se han de hacer en cantidad, de forma que sobre, ya que si falta pintura, conseguir el mismo tono es muy difícil. Lo más fácil para los alumnos es hacer un mural con tintas planas, sin modelado de volúmenes. Hay que tener en cuenta que los alumnos no son pintores y cualquier dificultad les desanima. El modelado les resulta realmente difícil. El profesor puede echar una mano, pero si el mural tiene mucho modelado, tendrá que hacer el mural prácticamente solo. Convendría que un mural de instituto o colegio, se notara que está hecho por alumnos con la mínima intervención del profesor de plástica. Personalmente prefiero menor calidad con el mayor número de alumnos interviniendo. De esa forma el alumnado del centro crea lazos “íntimos” con su mural.
11. El mural se comienza por las zonas de fondo, después se pintan los motivos y finalmente los detalles. Las zonas grandes se realizan con paletinas medianas. Las brochas demasiado anchas asustan a los alumnos. Es preferible que llenen una zona grande con brochas más pequeñas aunque tarden más. Los rodillos, incluso los pequeños (llamados minirodillos), no son adecuados para los murales con alumnos, pues manchan y salpican con facilidad, además se salen rápidamente de los contornos del dibujo. La pintura de este modo gotea menos. Los acabados en forma de rectas se pueden hacer ayudándose con cintas de carrocero. Las líneas rectas y finas se realizan empleando una regla con tacos en los extremos. Para los arcos, ayudarse de compás de pizarra o un rotulador atado a un cordel. Para algunas líneas de contornos se puede emplear rotuladores permanentes (por ejemplo, el Edding 750 paint marker, de tinta permanente cubriente con efecto lacado brillante).
12. Finalmente podemos barnizar el mural. La pintura acrílica no necesita barniz ya que el mismo aglutinante protege el pigmento. El barniz pretende fundamentalmente unificar la superficie, si hemos empleado distintas marcas de pintura o si las superficies son irregulares. Se puede emplear el barniz sintético habitual de poliuretano, el que se vende en lata industrial. El barniz para cuadros resulta demasiado caro. En el caso de un mural exterior se puede sustituir por el barniz para intemperie con filtro ultravioleta. Cualquier barniz se aplica con minirodillo de 10 centímetros aproximadamente y el auxilio de una bandeja con rampa para exprimir el exceso de barniz.
Conservación de los murales
El deterioro más común es debido al vandalismo. Los alumnos suelen escribir con tizas o rotuladores permanentes nombre, corazoncitos, dibujos, símbolos, rayados, del mismo modo que lo hacen en mesas, servicios o paredes sin murales.
Una técnica para evitar este tipo de vandalismo es borrar la pintada inmediatamente.
Los murales interiores además pueden sufrir accidentes como golpes que provocan agujeros o pérdidas de material. Al ser las paredes de yeso, resulta un material frágil. Si se deseara evitar este tipo de problemas habría que sustituir el yeso por cemento, por supuesto antes de realizar el mural.
En el caso de los murales exteriores, lo que más le afecta es la luz solar. Ésta produce la decoloración de los pigmentos. Si la exposición a la luz directa del sol se produce durante cinco o seis horas al día, en tan solo seis o siete meses se aprecia la decoloración. Sin embargo, los murales que se encuentran reservados de la luz directa, aunque estén en el exterior (por ejemplo, en una pared orientada al Norte o cubierta por un porche) se conservan muchísimo más tiempo sin cambios de color. En nuestro centro educativo, murales expuestos directamente al sol a los trece años se encuentran quemados y completamente desconchados, sin embargo, murales orientados al Norte se han decolorado levemente, pero la capa no esta nada desconchada, se encuentran en perfecto estado.
Ejemplo de mural deteriorado: La pintura está situada en una pared exterior con exposición a la luz directa del sol. El mural tiene una edad de 12 años. La capa ha desaparecido en múltiples lugares: Se ha abierto por las grietas y se ha enrollado hacia fuera a modo de pergamino.
Otro problema que acelera el deterioro es la lluvia. Por un lado, la lluvia mancha el mural al mezclarse con el polvo que la pintura acumula, por otro humedece la pared que provoca el desprendimiento de la capa pictórica. Además, al estar pintados a ras del suelo, las salpicaduras son más evidentes hasta una altura de 40 centímetros aproximadamente, y eso a pesar de que llueva poco.
Por último, donde la pared está sin revoque y se reparó con emplaste, han vuelto a aparecer las grietas y desprendimientos. La pintura no puede durar más que la pared.
El tiempo medio de duración de un mural en el exterior en buen estado es de 5 ó 6 años, a partir de los 10 u 11 años el deterioro se hace muy evidente.

4 comentarios:

  1. Muy interesante y didáctico. Gracias por publicarlo.

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  2. Muy interesante y didáctico. Gracias por el aporte.

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  3. Excelente reseña, muchas gracias por compartirla.

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  4. gracias excelente me sirvó de mucho ...muy ilustrativo

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